La industria logística se caracteriza por su demanda de productos duraderos de gran volumen, capaces de soportar una manipulación y unas condiciones ambientales duras. Los moldeadores por inyección se enfrentan al doble reto de satisfacer estos requisitos de productos robustos y, al mismo tiempo, adaptarse a la evolución de las expectativas de sostenibilidad y rentabilidad. El impulso hacia materiales más ligeros y reciclables y la necesidad de que los productos se adapten a una variedad de mercancías y condiciones complican aún más los procesos de producción, exigiendo un equilibrio entre resistencia, flexibilidad y responsabilidad medioambiental.